martes, 21 de febrero de 2017

DICTADO

Ni su padre ni su madre querían que jugase mucho al balompié, pero Samuel vivía entregado a ese deporte. Tanto que finalmente su padre le compró un par de zapatos de fútbol. Samuel se sintió plenamente agradecido por el regalo invisible que acompañaba a esos zapatos, el apoyo familiar para que luchase por sus sueños.

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